Hoy no me ha costado decidir qué momento del día en nuestro aula
compartir, sin remedio tenía que hablar de un regador, pero no uno
cualquiera, de UN REGADOR MÁGICO.
¿Cómo se convierten en mágicos los objetos?
¡Despertando palabras, rompiendo silencios!
"¡¡¡Dame, dame, dame!!!""
Y entonces cobra sentido todo el andamiaje hasta llegar a "regar,
regar". Colocarlo en la agenda visual como momento motivador y
considerarlo portador de un poder especial nos empapará de fuerza para
seguir "sembrando y regando" esas palabras que están esperando florecer