Gracias, Carmina Leiva, por presentar a PimpiCuchi con tanta delicadeza. Lo has acogido con tanto cariño y lo has descrito con una profesionalidad y una sensibilidad... que me quedo sin palabras. ¡GRACIAS!
Al escucharnos, mis nervios, solapados con esa voz tuya que cautiva, apenas se han notado, me lo has hecho fácil.
Gracias por presentarlo, por darle voz, valorarlo tanto y hacer esa invitación a adentrarnos en él.
Gracias por dar este empujoncito a su vuelo.
Ojalá llegue a muchas miradas que se conviertan en transparentes. Ojalá abra muchos baulitos cerrados y sea instrumento que acompañe a conectar con ese mundo al que queremos entrar. Gracias por confiar en sus posibilidades y sobre todo por formar parte de este sueño cumplido.
Gracias, Carmina.