GRACIAS Y es entonces cuando te emocionas hasta tal punto que se congelan las palabras y ya no puedes más que empeñarte en sostener el nudo que llena tu garganta de emoción y tu corazón de AGRADECIMIENTO.
Me quedo bloqueada porque se aturullan las palabras que quisiera dedicar a cada una de esas mentes maravillosas que la vida me presta a ratitos para enriquecerme y crecer, contagiándome de su gran potencial.
¡¡Soy tan afortunada!! Es tan grande el regalo que suponen cada día para mí los ratitos especiales que compartimos.
¡Y esas familias! Siempre tan acogedoras, siempre con esa calidez que me demostráis.
¡¡AFORTUNADA!!!
Cada un@ un regalo, cada un@ un ejemplo, cada un@ una oportunidad para hacerme sentir que SÍ SE PUEDE.
Vuestros corazones sí que son grandes y están repletos de esa chispa que pone en funcionamiento mi motor.
Os quiero! Pero mucho, muchísimo. Con más intensidad de la que mis palabras puedan expresar.