Y así fue cómo nuestra seño Gracia, convertida en Cervantes, desplegó toda su espontaneidad, expresividad, chispa y magia para conectar con nuestra atención y colarse en nuestro interés, en nuestras ganas de conocer quién era, por qué llevaba eso en el cuello, para qué servía la pluma, quiénes eran los personajes que la acompañaban...
Tanto nos ha encantado escucharla, que no hemos podido ni parpadear. Sobre la alfombra: un silencio, una atención y unos ojos bien abiertos, de par en par, nos han ofrecido el público perfecto para que esta entrevista sea FABULOSA. |